viernes, 26 de junio de 2009

Jill se fue



No he podido evitar hacer una entrada a Jill. en mis recuerdos ella aparece cómo la primera mujer de la que me enamoré.

No podía entender mis sentimientos cómo los entendería ahora, por esa época yo tenía ocho años (han pasado treinta), en una época en la que la mujer no era más que la acompañante débil del protagonista masculino apareció una serie en la que había tres mujeres que eran valoradas por su capacidad (el ángel atletico, mi amada ; el ángel sensible ; y el ángel inteligente, esa quería ser yo). Sí, además tenían físico, pero lo más valorable es que tres mujeres guapas y atractivas tenían la capacidad de investigar, además de conocimientos de artes marciales, sensibilidad e inteligencia.



Explicar cual eran mis sentimientos visto en la actualidad es complicado, pero yo tenía claro cuando jugábamos en el colegio que si no podía pedirme ser Jill (mi enamorada) al menos quería ser Sabrina, que si mis amigas no la querían por ser aparentemente la menos guapa (era cierto), yo tenía claro que era la más inteligente.
Está claro que la televisión hizo un giro con esta serie de lo típico, pero cayendo en lo tópico. O, ¿fuimos nosotros?.

Al ver a Farrah no puedo evitar encontrarme con otro recuerdo. En este debo tener unos seis años. En mi barrio existía una farmacia en la que atendían dos farmaceúticas. Una de ellas me volvía loca, cada vez que entraba con mi madre a comprar medicinas, me quedaba tonta mirándola. Era simpática, guapa y ahora se que sería inteligente, sacarse la carrera de farmaceútica no debe ser nada fácil.
Estaba deseando enfermarme, pero tuve la suerte de ser familia numerosa y si no era unos de mis hermanos era yo la que enfermaba.

Después de años entrando en esa farmacia (tendría ocho años), me armé de valor y le dije muy seriamente a mi madre al vover a casa después de comprar una medicinas: "Mamá, ¿sabes? me gustaría que la farmaceúitca fuese mi madre". Mi madre me miró muy seria y me contestó, "hija si crees que ella puede ser mejor madre que yo no tienes más que abrir la puerta e irte con ella". Lógicamente yo me quedé con mi madre porque tenía claro que nunca tendía una mejor.

Con los años, no muchos, tuve varias cosas claras: que el detonante de mi atrevimiento fue Jill (me recordaba a la farmaceútica), que no era mi madre lo que yo quería que fuese mío precisamente y que a mi madre con todos sus defectos (menos mal que es humana), no la cambio por nadie.



Jo, que sonrisa tiene, eso nadie puede negarlo.

3 comentarios:

  1. Ya te digo, que penica da... bueno, son cosas que pasan.

    Pues yo no se con cual quedarme de las tres, las tres son guapas (para mi) y tienen un arte dando lechugazos... ajajajajjaj

    Venga niña, a disfrutar del finde Orgullosamente!
    Besucos

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  2. Sí, a todas nos ha pasado. encontrar una mujer cuando eres pequeña que sea como un referente, ya sea madre, maestra... cuando en realidad era otra cosa la que se estaba gestando

    bsos

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  3. A mi tambien me gustaba JILL, no como amor platónico, pero si que cuando era cria, quería ser como ella ( todas las de mi generación), ese fabuloso pelo que todas quisimos copiar...es una pena, pero así es la vida.
    Y gracias a internet, podemos tener el recuerdo de viejas series, que por cierto, no han repuesto nunca, al reves que Curro Jimenez , jajajajajaj.
    Besucos.

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